Traducción: Si los niños no se sienten identificados con
la cultura de sus padres, puede que tampoco quieran aprender
su idioma.
Por cuestiones del destino
nací en Tegucigalpa, Honduras, ya que mi mamá se encontraba realizando
unos mandados en dicha ciudad, a los 15 días de nacida mi
mamá se trasladó a la comunidad donde trabajaba como maestra de educación
primaria, específicamente en Santa Rosa de Aguan, Colon Honduras, crecí como
todos los niños de mi comunidad, aprendí a entender mi idioma, quizá no pude
hablarlo porque la zona donde vivía se hablaba mucho el idioma español,
recuerden que la lengua materna es el primer idioma que una persona aprende,
porque este se adquiere de manera natural por medio de la interacción
con el entorno, pero con eso de la globalización muchas personas de mi
comunidad emigraban a la ciudad y cuando regresaban a nuestro pueblo, su idioma
ya no era el mismo, muchos se quejaban de que en las grandes
ciudades se reían de sus acentos y por ello querían hablar mejor el
español, en lo que no se percataron fue en que sus hijos y las futuras
generaciones perderían poco a poco su lengua materna, el proceso parecía
obvio: cuanto más tiempo hablaban
el idioma español, más sufría nuestro primer idioma, recuerdo que
me encantaba ir a Louba(Lado grande) una isla que forma parte de mi comunidad,
allí si se hablaba garífuna en todos los sentidos, mis primas lo hablaban desde
que se levantaban hasta que se dormían, yo era muy feliz con el hecho de verlas
platicar y lo que más me gustaba era que yo podía entenderles, algo pasaba en
la comunidad, en las escuelas, los maestros solo español nos hablaban, para no
hacerles larga la historia a la edad de 7 años con mi familia nos trasladamos
de nuevo a Tegucigalpa, esta vez no hacer mandados sino que a vivir, lo poco de
garífuna que escuchaba en mi comunidad se fue perdiendo, ya mis padres pasaban
muy ocupados con sus trabajos y no quedaba mucho tiempo para
repasar las lecciones aprendidas, hoy en día soy una
garifuna que entiende 100% el idioma pero lamentablemente no puedo mantener una
conversación en mi idioma, quizás, porque no tuve ese contacto con mi comunidad
desde un inicio.
Escuchaba hace algunos años, a
alguien que me decía, “Las personas sin el conocimiento de su cultura son
como un árbol sin raíces” esto me hizo reflexionar sobre la riqueza
cultural que posee mi pueblo y lo poco interesados que estamos en preservar
nuestras costumbres y tradiciones, aunque no los culpo porque es difícil hacerse
a la idea que nuestro idioma está en peligro de extinción, si en nuestro
círculo de convivencia solo habla español.
Según un estudio realizado por
la UNESCO cada 14 días muere un idioma, de ser así muchos no sobrevivirían este
siglo, y lo más cruel es que cuando muere un idioma no solo se pierden las
palabras, sino la tradición oral de esta población como ser: las
leyendas, cuentos, tradiciones que han sido transmitidas de
generación en generación y no solo eso sino también todos esos
remedios naturales para combatir ciertas enfermedades, las técnicas de
agricultura y muchas cosas mas.
La trasmisión lingüística constituye mucho esfuerzo, este tema de la pérdida de la lengua materna es complejo. En teoria,las lenguas estan protegidas, pero dica protección se las lleva el viento. Aun cuando los padres hacen todos los esfuerzos posibles para asegurarse de que sus hijos e hijas mantengan la lengua del hogar, los resultados no siempre son totalmente positivos, ya que el soporte lingüístico de un padre no puede, por si mismo, garantizar la adquisición de una lengua (Kravin, 1992), y una comunidad amplia de hablantes siempre es necesaria. Muchas veces, sin embargo, aun una comunidad amplia de hablantes no logra proveer el apoyo lingüístico necesario para su logro (Landry, Allard & Henry, 1996), pues una gama de otros factores se necesitan para lograr el éxito, conozco familias garífunas que se han visto en la obligación de mandar a sus hijos a sus lugares de origen para que aprendan su lengua materna, aunque, en la actualidad no es a cualquier lugar que se puede enviar a un hijo a aprender su idioma ya que existen muchas comunidades en las cuales se habla mas español que garifuna, en estos casos las familias, el gobierno y los educadores juegan un rol fundamental para hacerle frente a esta problemática, ya que son ellos los que deben unirse para preservar y fomentar este preciado baluarte.
Y tú ¿Qué harías para fomentar la revitalización de las lenguas indígenas y negras de nuestro país?
Bibliografia
Kravin, H. (1992).
Erosión de una lengua en el desarrollo bilingüe. Revista de Desarrollo
Multilingüe y Multicultural, 13, 307-325.
ES de pensar mucho sobre que hacer,seré honesta los chicos ya no la quieren aprender solo quieren hablar inglés, dicen que nuestro idioma es cangrejo, la migración masiva a USA es un gran problema, los ancianos no ayudan mucho les hablas en garifuna (a puras cachas)y te contestan en español, los padres tienen mucha culpa, podría proponerse que fuera una clase obligatoria como lo es el ingles, pero hay cierto celo sobre compartir nuestra lengua con mestizos
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